ARQUETIPOS ESCOLARES II

- El "moqui" o niño-moco: Es el segundo más burro de la clase. Siempre llega tarde. Viste chándal verde fosforito y katiuskas o botas camperas en cualquier época del año. Se distingue principalmente por los mocos que le caen de la nariz, los cuales sorbe o mastica en función del estado más o menos líquido o sólido de los mismos. No tiene peine y huele mal. Su nivel de suciedad es directamente proporcional al nivel de alcoholismo de la madre.

- El pulga: Es el más bajito de la clase. Es muy activo y un buen deportista. Es plenamente consciente de su complexión física, nada agraciada por otra parte. Esto determina que ya, desde muy pequeño, desarrolle un gran sentido del humor y una extraordinaria agilidad mental que le permitirán ser muy bien aceptado entre sus compañeros e incluso ligar en un futuro no muy lejano. Sus excelentes aptitudes empáticas lo convertirán en un hombre rico y bien posicionado socialmente. Es un líder nato.

- El gordo o "la vaca" o "el foca" o "la bola": Niño seboso extremadamente comilón. Siempre lleva algo en la mochila para picar: bollicaos, chucherías, fabada... Si agotó las mencionadas existencias no tiene piedad con las libretas, las gomas de borrar Milan, el pegamento Imedio, etc. Suda mucho. Se fatiga mucho. Merienda varias veces al día. Se echa la siesta en clase. Sus compañeros le llaman vaca y foca a la cara pero, generalmente, es muy apreciado entre sus congéneres.

- El enfermo: Niño de tez pálida, casi mortecina. Se caracteriza por faltar más de la mitad del curso a clase y también, como consecuencia de esto, por hacer los exámenes en fecha posterior a la predeterminada. Siempre va muy abrigado. Es incapaz de controlar sus pulmones. Cuando empieza a toser o a estornudar ya no puede parar. Vomita en clase de gimnasia y después del recreo. No para de sonarse y tiene que salir a media mañana del aula para tomar sus medicinas. Es especialista en sangrar por la nariz. Puede hacerlo en cualquier momento, aunque prefiere los grandes eventos: primera comunión, función de fin de curso... Era un niño sano hasta que su madre se empeñó en que estaba enfermo y que había que llevarlo al médico. Pese a sus innumerables faltas de asistencia aprueba con holgura.

- El rarito o artista: Es tímido, introvertido y solitario. No hace el más mínimo esfuerzo por relacionarse con los demás. Pinta, escribe, toca la guitarra y destaca en todo lo que hace. Es el más inteligente de su generación y lo sabe. Sin embargo, no le interesa competir con el empollón-gafotas, al cual superaría en las calificaciones a poco que se lo propusiese. No juega, lee. No ríe, como mucho sonríe. En la adolescencia se volverá triste y depresivo. A partir de los 18 años será el que más disfrute de la vida porque es el único que ha decidido por sí mismo cómo vivirla.