¡Ah sí, pues que sepas... que sepas que ya no me pareces tan notoria!¿Cómo dices?¡Muy bien, pues lárgateee!¡Perdón, qué vergüenza, no me había dado cuenta de que ya estábais ahí! Ejem, pues no os vayáis porque tengo algo que contaros...
Eran las 4 o 5 de la mañana o tal vez las 3, pero de la tarde, yo agonizaba en el sofá cuando apareció ante mis ojos Satanás, Lucifer, el príncipe de las tinieblas, la saeta rubia, el diablo, Belcebú... da igual como le queráis llamar, lo relevante es que el mismísimo demonio estaba ante mí. Lucía bien, si os dijera que el diablo tiene porte no os estaría mintiendo y además le envolvía ese halo de misterio que tanto gusta a las féminas. Lo más llamativo de su aspecto era que llevaba extensiones en el pelo y una chaqueta con hombreras (lo que todos sospechábamos era cierto...¡el diablo es ochentero!), por lo demás es un tipo de lo más normal.
Caminó lentamente por mi salón ignorando mi presencia hasta entrar en la cocina. Yo estaba cansado -como dije antes- así que me limité a controlar la puerta de la cocina con la mirada. Tardó un par de minutos o tres y por fin se decidió a asomar para espetarme: "¿las cucharas?", yo quería causarle una grata impresión (nunca se sabe quien ganará la batalla definitiva entre el bien y el mal) y respondí: "dentro del microondas... eeeh, por cierto, dios está gordo... yo me lo haría contigo mucho antes..."(y le hice la señal del pulgar). Él volvió a ignorarme y entró nuevamente en mi cocina. Esta vez volvió al instante, llevaba un yogur en una mano y la cuchara en la otra, su silencioso y pausado caminar hablaba por sí mismo ( hacía entender que no era la primera vez que se veía envuelto en una situación semejante, a su lado me sentía como un novato a la expectativa de cual sería su siguiente paso y ,de ese modo, saber qué hacer seguidamente). Cuando se encontraba frente al sofá tomó asiento a mi lado y, de repente , toda aquella batalla psicológica cobró sentido: ¡me había quitado, no un yogur cualquiera, sino el último yogur griego que me quedaba, la joya de mi corona, mi cena del sábado...!
-Yo: esteee... , ¿ no podrías coger mejor uno natural?, ya sabes, de los baratos.
-Diablo: (...)
Hasta la última cucharada. Después se levantó para tirar el plástico del yogur en la papelera de la cocina y depositar la cuchara en el fregadero, tras lo cual, se evaporó.
¿Qué es lo que quieres de mí Luís Tosar? porque está claro que esto lleva tu sello... ¡deja deenviarme a tus amigos y ven tú mismo si lo que quieres es joderme!
Eran las 4 o 5 de la mañana o tal vez las 3, pero de la tarde, yo agonizaba en el sofá cuando apareció ante mis ojos Satanás, Lucifer, el príncipe de las tinieblas, la saeta rubia, el diablo, Belcebú... da igual como le queráis llamar, lo relevante es que el mismísimo demonio estaba ante mí. Lucía bien, si os dijera que el diablo tiene porte no os estaría mintiendo y además le envolvía ese halo de misterio que tanto gusta a las féminas. Lo más llamativo de su aspecto era que llevaba extensiones en el pelo y una chaqueta con hombreras (lo que todos sospechábamos era cierto...¡el diablo es ochentero!), por lo demás es un tipo de lo más normal.
Caminó lentamente por mi salón ignorando mi presencia hasta entrar en la cocina. Yo estaba cansado -como dije antes- así que me limité a controlar la puerta de la cocina con la mirada. Tardó un par de minutos o tres y por fin se decidió a asomar para espetarme: "¿las cucharas?", yo quería causarle una grata impresión (nunca se sabe quien ganará la batalla definitiva entre el bien y el mal) y respondí: "dentro del microondas... eeeh, por cierto, dios está gordo... yo me lo haría contigo mucho antes..."(y le hice la señal del pulgar). Él volvió a ignorarme y entró nuevamente en mi cocina. Esta vez volvió al instante, llevaba un yogur en una mano y la cuchara en la otra, su silencioso y pausado caminar hablaba por sí mismo ( hacía entender que no era la primera vez que se veía envuelto en una situación semejante, a su lado me sentía como un novato a la expectativa de cual sería su siguiente paso y ,de ese modo, saber qué hacer seguidamente). Cuando se encontraba frente al sofá tomó asiento a mi lado y, de repente , toda aquella batalla psicológica cobró sentido: ¡me había quitado, no un yogur cualquiera, sino el último yogur griego que me quedaba, la joya de mi corona, mi cena del sábado...!
-Yo: esteee... , ¿ no podrías coger mejor uno natural?, ya sabes, de los baratos.
-Diablo: (...)
Hasta la última cucharada. Después se levantó para tirar el plástico del yogur en la papelera de la cocina y depositar la cuchara en el fregadero, tras lo cual, se evaporó.
¿Qué es lo que quieres de mí Luís Tosar? porque está claro que esto lleva tu sello... ¡deja deenviarme a tus amigos y ven tú mismo si lo que quieres es joderme!
5 comentarios:
Para gustos hay colores, para navidades turrones...
Yo la verdad los prefiero rellenitos, como sabéis... "cuanta más masa mejor se pasa!"
Jose Luis Belcebú es más noviable, te arropa por las noches y te calienta la sopa, pero Jesus María Dios de los Cielos tiene es punto canalla con esa túnica blanca y esa barba blanca descuidada que lo hace parecer un macarra del high school...me recuerda a un compañero mio del Sagrado Corazón (o era un profesor...no recuerdo, esos años están muy borrosos, fue una juerga continua entre 2º y 4º de primaria). Los que ya me ponen a mil son los del purgatorio, esos son muy misteriosos...buff...me estoy poniendo malo, me voy a aliviar. Si mancho este post disculpadme.
Justicia? Ley? Mierda seca?
LIBERTAD PARA LORENZO SANZ!
así que... te la comió al modo griego?
que metefórico. eres un pedorreta. dado de sí, aceitoso queda el suelo a tu paso. las cucharas te las regala koipesol. el microondas se convierte en macro cuando pasa por tu ano en busca de cordero
Rubén, por los síntomas que me relatas creo que lo que sufres es un esguince de sobaco. Nada que tu amo de la mazmorra no pueda curar dándote lo tuyo.¡Disfrútalo, zorro! Saludos al "Club del Pepino".
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