Hoy llamé al señor que me llamó ayer. Pensé que podría ayudarle porque en su llamada me llamó Cristóbal pensando que yo era Cristóbal pero no lo soy. Sin embargo, hoy recordé, mientras desayunaba, que, aunque yo no me llamo Cristóbal, conozco a un Cristóbal que sí se llama Cristóbal y, a lo mejor, se trata del mismo Cristóbal al que se refería el señor que me llamó ayer Cristóbal pensando que yo era Cristóbal. Así que, ni corto ni perezoso, llamé al señor que ayer me llamó Cristóbal para decirle que conozco a un Cristóbal que no es yo y que puede que sea el Cristóbal-Cristóbal y no el Cristóbal-yo. Para mi sorpresa el señor que ayer me llamó Cristóbal hoy me llamó gilipollas y justo después se cortó la llamada. Tuve que llamar otra vez al señor que me llamara ayer Cristóbal y hoy gilipollas y él volvió a insistir en la idea de que soy gilipollas -la cual respeto pero no comparto-. Después se volvió a cortar la llamada y no pude volver a llamarle porque se me acabó el saldo. Tendremos que esperar a que cobre el próximo mes. Sólo entonces podremos averiguar si el Cristóbal mío era el Cristóbal del señor que hoy me llamó gilipollas. En cuanto sepa algo os lo haré saber.
viernes, 25 de abril de 2008
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5 comentarios:
QUE GRANDE!!
supongo que no es casualidad que toda la publicidad sea de centros psiquiátricos...........
este filete es superficial y pedante...creo que no debiste llamar a ese señor...las personas se merecen un respeto...no sé...lo comido por lo bebido...y nunca te fíes de un conductor de autobús desnudo...
Hola, yo tambien me llamo Cristóbal y pasaba por aquí. Te amo. Gracias.
PD: No puedo seguir con esta farsa. En realidad me llamo Francisco.
Cortimer deberías irte a vivir con Ojete: él nunca se fía de un conductor de autobús desnudo, aunque confía 9 de cada 10 veces en los taxistas menores de 3 años. Querida Bobby,¿qué esperabas en un blog mío?, ¿un anuncio con Pierce Brosnan recomendando beber martinis en botijo? Dile a Scarlett que se pase también por noctambuleria
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